El aumento imparable del tráfico corporativo, la tendencia a la distribución geográfica de las organizaciones en distintas localizaciones al tiempo que se consolidan los recursos TI, la adopción cada vez mayor de nuevas aplicaciones de voz y vídeo IP, y la penetración imparable en las organizaciones de los nuevos modelos de operación que impone la movilidad y el cloud computing, hacen de la WAN uno de los elementos clave sobre los que se sustenta hoy los negocios.
Una WAN que no esté preparada para dar soporte a la demanda continua de ancho de banda y optimización del rendimiento que todos esos factores provocan acabará suponiendo, más pronto que tarde, una barrera a la productividad y al crecimiento corporativo.