La movilidad es una de las grandes tendencias que está cambiando a pasos agigantados los procesos del negocio de las organizaciones y que ha convertido a las redes inalámbricas en una herramienta decisiva para asegurar la productividad. Mantener la conexión segura de los usuarios con independencia del lugar, del momento o del dispositivo que utilicen, facilitando el acceso a las aplicaciones clave para el negocio es una necesidad para todas las empresas y un reto para los departamentos de TIC.
Los fabricantes tecnológicos han sabido dar respuesta a este desafío y actualmente, las redes inalámbricas ya presentan una serie de beneficios, que disipan todas las dudas al plantearse su uso profesional. Así, su instalación y ampliación resulta más sencilla que la de una red física, al evitarse el cableado para conectar dispositivos o para mantener la conexión a Internet. Lo anterior supone también ahorros pues se evita el cableado, y los costos de instalación, operación o ampliación de la red.
Finalmente, el factor Seguridad ha sido resuelto mediante la aplicación de las normas y protocolos actuales, que proporcionan el mismo nivel de seguridad que una red física. El cifrado de datos, la autenticación de usuarios o el acceso seguro para usuarios temporales pueden resolver los aspectos más relevantes relacionados con este campo.
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